En una sartén grande y pesada, calienta el aceite a fuego medio-alto. Cuando el aceite esté caliente, dora la carne por todos los lados. Si la pechuga es demasiado grande, córtala por la mitad primero y dora en dos etapas. Coloca la carne en una olla holandesa grande con tapa.

Añade las cebollas a los jugos de la sartén. Sofríe a fuego medio hasta que las cebollas comiencen a dorarse. Incorpora el ajo y cocina durante 2 o 3 minutos más. Vierte sobre la pechuga en la olla holandesa.

Vacía un paquete de sopa de cebolla instantánea seca sobre las cebollas y la carne doradas. Coloca todos los albaricoques encima de la mezcla de sopa. Vierte suficiente agua alrededor de la carne, no encima, para cubrir los lados de la pechuga. Cubre.

Hornea a 160 grados C durante 1 hora. Revisa el líquido; si el plato está empezando a verse seco, agrega un poco más de agua alrededor de la carne.

Cubre y cocina otra hora. Retira la tapa y mezcla los albaricoques en la salsa. Deja destapado y cocina durante otra hora.

Vuelve a mezclar la salsa y agrega más agua si la salsa está demasiado espesa. La carne debe estar muy tierna; si es necesario, hornea durante 1/2 hora adicional.