Coloca la harina sobre una superficie de mármol o madera. Haz un pozo en el centro y casca los huevos; añade sal. Bate suavemente los huevos con un tenedor, incorporando la harina circundante, hasta que la mezcla esté líquida. Incorpora la harina restante hacia el centro utilizando un raspador de banco, hasta que se forme una bola de masa.

Amasa la masa con las manos aplanando la bola, estirándola y doblando la parte superior hacia el centro. Gira 45 grados y repite hasta que la masa esté suave y lisa.

Forma la masa en una bola. Colócala en un bol y cúbrelo con plástico. Refrigera hasta que esté firme.