Precalienta el horno a 400°F (200°C). Cubre una bandeja para hornear con papel pergamino. Bate los huevos en un tazón y resérvalos. Coloca el queso parmesano en un tazón poco profundo.

En un tazón, mezcla la harina, la sal y el bicarbonato de sodio hasta que estén bien combinados. Añade la leche, varias cucharadas a la vez, hasta que la mezcla forme una masa suave. Voltea la masa sobre una superficie bien enharinada y amasa varias veces hasta que la masa se una.

Extiende la masa en un rectángulo de aproximadamente 1/2 pulgada de grosor y corta en cuadrados de 2x3 pulgadas. Pinta cada cuadrado con huevo batido y sumerge la parte superior del cuadrado en el queso parmesano. Coloca los cuadrados en la bandeja para hornear preparada.