Coloque el pollo en un tazón mediano. Agregue el huevo, la maicena, la mitad del ajo picado, la mitad del jengibre picado, la sal y media cucharadita de pimienta negra. Mezcle hasta que el pollo esté completamente cubierto.

Caliente el aceite en una sartén profunda y fría los trozos de pollo hasta que ya no estén rosados en el centro y los jugos salgan claros, aproximadamente de 7 a 10 minutos. Reserve el pollo frito.

Caliente 2 cucharadas de aceite en una segunda sartén a fuego medio. Agregue las semillas de comino y cocine hasta que crepiten, aproximadamente 1 minuto. Agregue el ajo restante, el jengibre restante, los chiles serranos, el comino, el chile en polvo, la pimienta negra y la sal. Agregue las hojas de curry y revuelva para combinar.

Agregue la pasta de ajo y chile, la pasta de jengibre y el colorante rojo. Revuelva para crear una pasta. Agregue agua para diluir ligeramente la pasta.