Mezcla las migas de galletas graham, la mantequilla y el azúcar para la masa en un tazón hasta que estén bien incorporados y con textura desmenuzada.

Presiona 1 cucharada de la mezcla de masa de galleta graham en el fondo de cada cavidad de dos moldes de cubitos de hielo de silicona de 12 cavidades. Aplasta el relleno hacia abajo formando una capa uniforme en el fondo de cada cavidad. Coloca los moldes en el congelador mientras preparas el relleno.

Bate el queso crema, el azúcar en polvo, el extracto de vainilla y la sal en un tazón grande con una batidora eléctrica hasta que esté suave y completamente combinado.

Bate la crema fría en un tazón de vidrio o metal frío con una batidora eléctrica hasta que se formen picos firmes, de 2 a 3 minutos. Incorpora suavemente la crema batida al mezcla de queso crema hasta que esté suave.

Retira los moldes de cubitos de hielo del congelador. Llena cada cavidad con la mezcla de queso crema hasta que el relleno esté al ras del molde, aproximadamente 2 cucharadas. Alisa las partes superiores con una espátula de goma para que queden uniformes y lisas. Congela hasta que esté firme, aproximadamente 1.5 horas.

Empuja suavemente desde abajo y retira cuidadosamente cada mini pastel de queso de las cavidades. Con una cuchara pequeña, excava un pozo vertical en el centro de cada bocado, quitando aproximadamente 1 cucharadita de relleno.

Agrega mermelada de fresa a una bolsa de plástico pequeña o manga pastelera, y corta una abertura de ⅛ de pulgada en la esquina. Vierte cuidadosamente el relleno de fresa en los pozos verticales de cada bocado.