Calienta la leche en una cacerola a fuego medio hasta que esté a punto de hervir. Retira del fuego y mezcla con el azúcar y 4 cucharadas de mantequilla. Deja enfriar a 110-120°F (43-48°C), luego revuelve la levadura y deja reposar hasta que esté espumosa.

En un tazón de batidora, combina la mezcla de leche, sal, yema de huevo, 1 huevo y la mitad de la harina. Mezcla a baja velocidad, luego agrega gradualmente la harina restante y mezcla hasta que la masa se una. Bate a velocidad media hasta que la masa esté suave y elástica.

Transfiere la masa a un bol engrasado, cúbrelo y deja que suba en un lugar cálido hasta que se duplique de tamaño.

Extiende la masa en un rectángulo de 16x8 pulgadas y dóblala por la mitad para formar un rectángulo de 16x4 pulgadas. Corta en 16 cuadrados de 2 pulgadas y colócalos en una bandeja forrada con papel pergamino. Cubre y deja que suba hasta que se duplique.

Precalienta el horno a 350°F (175°C). Pinta los bollos con huevo batido y hornea hasta que estén dorados, de 12 a 16 minutos.