Reúne todos los ingredientes.

Combina 1/4 taza de queso parmesano y harina en un plato poco profundo.

Espolvorea el pollo con sal y pimienta. Reboza el pollo en la mezcla de harina para cubrir.

Calienta el aceite en una sartén de 12 pulgadas a fuego medio-alto. Agrega el pollo, la mitad a la vez, y dóralo bien, de 3 a 4 minutos por lado. Retira el pollo de la sartén.

Agrega el ajo a la sartén y cocina a fuego medio hasta que esté fragante, aproximadamente 1 minuto.

Mezcla el caldo, el mascarpone, la ralladura de limón, el jugo de limón y el queso parmesano restante (1/2 taza) en un tazón mediano. Añade a la sartén. Lleva a ebullición.

Mezcla la maicena y el agua en un tazón pequeño. Añade a la sartén, revolviendo hasta que espese y burbujee.

Vuelve a poner el pollo en la sartén, vuelve a llevar a ebullición. Reduce el fuego, tapa y cocina a fuego lento hasta que el pollo ya no esté rosado (70°C), de 5 a 6 minutos.

Corta el pollo y devuélvelo a la salsa.