Llena una freidora de pavo o una olla grande con suficiente aceite para freír el pavo; deja espacio para que el pavo no derrame el aceite. Calienta el aceite a 400 grados F (200 grados C). Prepara un plato cubierto con bolsas de papel aptas para alimentos.

Enjuaga el pavo y sécalo bien con toallas de papel. Frota el condimento dentro de la cavidad y por todas las superficies exteriores. Asegúrate de que el agujero del cuello esté abierto al menos 2 pulgadas para permitir el flujo de aceite.

Apaga la fuente de calor. Coloca la cebolla entera en la cesta de drenaje y luego el pavo, con el extremo del cuello primero. Baja lentamente la cesta en la freidora hasta que el pavo esté completamente sumergido. Vuelve a encender el fuego y cocina mientras mantienes la temperatura del aceite a 350 grados F (175 grados C) durante 45 minutos o 3 1/2 minutos por libra.

Con cuidado, retira la cesta de la freidora y escurre el pavo. Inserta un termómetro de lectura instantánea en la parte más gruesa del muslo, cerca del hueso, asegurándote de que marque al menos 165 grados F (74 grados C) pero no más de 180 grados F (80 grados C). Transfiere el pavo al plato preparado para que escurra durante 10-15 minutos.