Bata 1/4 taza de harina, la levadura y 1/2 taza de agua en un tazón grande hasta que esté espumoso, aproximadamente 10 minutos. Agregue el aceite, la clara de huevo, la sal, las 1 ¾ tazas restantes de harina y los 1/4 de taza restantes de agua. Mezcle hasta que esté bien combinado; la masa estará muy húmeda y pegajosa. Cubra, coloque en un lugar cálido y deje que suba hasta duplicar su tamaño, aproximadamente 2 horas.

Vuelque la masa sobre una superficie bien enharinada. Incorpore solo suficiente harina hasta que la masa sea fácil de trabajar, aproximadamente 1 minuto. Corte la masa en 6 porciones iguales. Forme cada una en una bola de masa sin costuras, agregando un pellizco de harina para evitar que se peguen a la superficie de trabajo. Aplane para hacer discos gruesos. Transfiera los discos a una bandeja para hornear forrada espolvoreada generosamente con sémola de maíz. Deje que suban hasta duplicar su tamaño, aproximadamente de 1 a 1 ½ horas.

Agregue la mantequilla clarificada a una sartén grande a fuego medio. Transfiera cuidadosamente los discos de panecillos a la sartén, cocine en tandas para evitar el hacinamiento. Dore por ambos lados, girando a la mitad del tiempo de cocción, de 10 a 12 minutos en total. Continúe girando para dorar los panecillos uniformemente y cocerlos por completo, unos 7 u 8 minutos más por lado. Transfiera a una rejilla para que se enfríen completamente (esto es clave ya que no puede partir los panecillos a menos que estén fríos).