Derrite la mantequilla en una sartén grande a fuego medio. Añade las peras y el tomillo; cocina, revolviendo a menudo, hasta que las peras se hayan ablandado, unos 10 minutos.

Desmenuza el queso Gorgonzola sobre las peras; cocina y remueve hasta que se derrita, de 2 a 3 minutos. Retira la sartén del fuego y deja enfriar completamente el relleno.

Corta la masa de pasta en 3 partes iguales. Aplana cada parte sobre una superficie enharinada; enrolla con un rodillo hasta que la masa tenga un grosor consistente de aproximadamente 1/16 de pulgada.

Transfiere suavemente 1 lámina de pasta a una superficie enharinada y córtala por la mitad para formar 2 rectángulos de tamaño uniforme. Coloca unas cucharaditas de relleno en 1 rectángulo, espaciando el relleno aproximadamente 1 pulgada. Humedece los espacios alrededor del relleno con agua.

Coloca el segundo rectángulo encima del primero. Presiona suavemente para eliminar el aire alrededor del relleno y presiona firmemente con las manos para sellar los bordes.

Corta formas cuadradas de ravioli usando un cortador de ravioli. Transfiere los ravioli a un plato o tabla enharinada. Repite con la masa y el relleno restantes. Deja reposar los ravioli durante unos 30 minutos.