Cubre una bandeja para hornear con un tapete de silicona.

Bate las claras de huevo en el bol de una batidora de pie equipada con un accesorio de varillas hasta que estén espumosas. Añade el azúcar blanco y bate hasta que las claras estén brillantes, esponjosas y formen picos suaves.

Tamiza el azúcar glas y las almendras molidas en un bol aparte; incorpora rápidamente la mezcla de almendra a las claras de huevo, aproximadamente 30 vueltas.

Pon una pequeña cantidad de masa en una bolsa de plástico con una esquina cortada y vierte un disco de prueba sobre la bandeja preparada. Si el disco de masa forma un pico en lugar de aplanarse inmediatamente, dobla suavemente la masa unas cuantas veces más y vuelve a probar.

Cuando la masa esté lo suficientemente mezclada como para aplanarse inmediatamente en un disco uniforme, colócala en una manga pastelera equipada con una boquilla redonda lisa. Vierte la masa sobre la bandeja en círculos, dejando espacio entre los discos.

Deja reposar las galletas a temperatura ambiente hasta que se forme una piel dura en la parte superior, aproximadamente 1 hora.

Precalienta el horno a 285°F (140°C).

Hornea las galletas en el horno precalentado hasta que estén listas pero sin dorarse, aproximadamente 10 minutos.