Vierte 2 tazas de aceite (o la cantidad necesaria para una profundidad de 1 pulgada) en una sartén profunda; calienta a fuego medio.

Seca las rodajas de berenjena con una toalla de papel. Reserva 4 hojas enteras de albahaca; pica las hojas restantes.

Fríe la berenjena en lotes en aceite caliente hasta que esté dorada, de 2 a 3 minutos por lado. Transfiere la berenjena a un plato forrado con toallas de papel usando una espumadera; sazona con sal.

Cocina a fuego lento el passata, 1 cucharada de aceite de oliva, los dientes de ajo, 4 hojas de albahaca y una pizca de sal en una cacerola a fuego medio durante 10 minutos. Retira del fuego y desecha los dientes de ajo.

Precalienta el horno a 375°F (190°C). Engrasa ligeramente un molde para hornear.

Coloca los ingredientes en el molde para hornear en el siguiente orden tantas veces como sea posible: berenjena frita, salsa de tomate, queso mozzarella, orégano, queso parmesano y hojas de albahaca. Termina con una capa de mozzarella y un chorrito de 1 cucharada de aceite de oliva restante.