Combine el agua, 1/2 taza de harina, la levadura y el azúcar en un tazón; revuelva bien y deje reposar hasta que la mezcla esté espumosa y burbujeante.

Incorpore 2 tazas de harina, 2 cucharadas de aceite de oliva y sal a la mezcla de levadura usando una cuchara de madera hasta que la masa se mantenga unida; pásela a una superficie enharinada ligeramente.

Cubra el interior de un tazón grande con 2 1/2 cucharaditas de aceite de oliva.

Amase la masa, agregando pequeñas cantidades de harina según sea necesario, hasta que esté suave y ligeramente pegajosa.

Forme la masa en una bola y colóquela en el tazón preparado; rocíe aproximadamente 1/2 cucharadita de aceite de oliva sobre la masa y extiéndala para cubrir toda la bola. Cubra el tazón con un paño de cocina limpio y colóquelo en un área cálida de la cocina hasta que la masa duplique su tamaño.