Reúne todos los ingredientes. Precalienta el horno a baja temperatura, aproximadamente 200 grados F (95 grados C).

Ralla finamente las papas y la cebolla en un tazón grande. Escurre cualquier exceso de líquido.

Mezcla el huevo, la sal y la pimienta. Agrega suficiente harina para hacer que la mezcla sea espesa, aproximadamente entre 2 y 4 cucharadas en total.

Calienta 1/4 de pulgada de aceite en el fondo de una sartén pesada a fuego medio-alto. Vierte dos o tres montones de 1/4 de taza de masa en el aceite caliente, y aplasta con el dorso de una espátula para formar tortitas de 1/2 pulgada de grosor.

Fríe, volteando las tortitas una vez, hasta que estén doradas. Transfiere las tortitas a un plato forrado con una toalla de papel para drenar. Mantén calientes en el horno hasta servir. Repite hasta que se use toda la mezcla de papa.