Precalienta el horno a 400°F (200°C). Forra dos moldes para tartas de 9 pulgadas con masa para tarta refrigerada. Cubre las masas con papel aluminio y una capa de pesos para tarta o frijoles secos.

Hornea las masas para tarta durante 10 minutos o hasta que los bordes estén dorados. Retira cuidadosamente el papel aluminio y los pesos, luego hornea por 5 minutos adicionales para asentar la masa. Deja que las masas se enfríen ligeramente y reduce la temperatura del horno a 350°F (175°C).

Espolvorea el queso cheddar rallado, las espinacas descongeladas y escurridas, y la cebolla picada uniformemente sobre las masas para tarta.

En un bol, bate los huevos, la leche, la sal y la pimienta. Divide esta mezcla uniformemente entre las dos masas.