Vierta 1/3 de taza de agua tibia en un tazón para mezclar; espolvoree la levadura por encima. Deje reposar para asegurarse de que la levadura esté activa, de 10 a 15 minutos.

Agregue 1 1/2 tazas de harina de sémola, aceite de oliva y sal a la mezcla de levadura; mezcle con las manos para formar una bola de masa relativamente dura, agregando más agua si es necesario.

Amase la masa sobre una superficie de trabajo hasta que esté suave, aproximadamente 5 minutos. Cubra con un tazón para mezclar y deje reposar durante 30 minutos.

Vuelva a amasar la masa durante 3 a 4 minutos y divídala en 2 porciones. Forme cada una en una bola suave y deje que suba hasta casi duplicar su tamaño, aproximadamente 2 horas.

Precaliente el horno a 500°F (260°C). Forre una bandeja para hornear con papel aluminio y espolvoree con harina de maíz.

Extienda cada bola de masa en un círculo u óvalo delgado. Combine la salsa de pizza y la albahaca, extendiendo finamente sobre la masa, y esparza trozos de queso provolone al azar.

Doble los bordes opuestos de la masa para formar un rectángulo, presione ligeramente, y repita el proceso de relleno y plegado hasta crear una forma cuadrada. Extienda más salsa y queso en una mitad y dóblela a la mitad para formar una masa apilada.

Transfiera a la bandeja para hornear preparada. Repita con la masa restante. Hornee en el horno precalentado hasta que esté bien dorado, de 16 a 18 minutos.